domingo, 12 de septiembre de 2010

Las Enfermedades del Alma



Los pensamientos están dotados de ideoplasticidad y forman una nube que envuelve el campo mental de las personas que los emiten y de las personas que los reciben, causando males de intensidades variables. Cuando son negativos, son responsables de disturbios de la conducta de las personas que se inclinan hacia la práctica de acciones perjudiciales a sí mismas y a los semejantes. Causan un verdadero desequilibrio a su propia estructura psíquica, haciendo que muchas veces se comporten como seres extraños, anormales, desajustados. Ciertos comportamientos de los seres humanos, que constituyen pesadas cargas para su propia alma, son resultado de la falta de control de los pensamientos, llevados hacia el negativismo. Presentan reacciones que se manifiestan, inicialmente, por diferentes formas de insatisfacción del ego, como ansiedad, inseguridad, angustia, frustración, aflicción, rabia, haciendo que sean atraídos por la fascinación de los vicios, de los disturbios de la sexualidad, de la voluptuosidad, de los comportamientos antisociales, como el robo, la agresividad, el estupro, el secuestro, el crimen.
Las enfermedades del alma están relacionadas, fundamentalmente, a los pensamientos impregnados de emociones negativas, que determinan diferentes modalidades de disturbios, desde los que alcanza la propia persona, causándole directamente sufrimientos y dolencias, hasta lo que van a comportamientos antisociales, induciéndolas a prácticas delictuosas, a la agresividad, a los vicios y a las perversiones sexuales. Muchas veces, esas perturbaciones están relacionadas a acciones que ocurren en la propia vida, o, entonces, a hechos que incidieron en vidas pasadas, y cuyas consecuencias pueden manifestarse en la presente existencia, como enfermedades kármicas.
En la Medicina, la acción de los pensamientos es fundamental, pudiendo causar enfermedades y dificultades en la vida, cuando están impregnados de emociones negativas y pueden, igualmente, promover la salud y el bienestar, cuando están aureolados de emociones positivas.

Las personas no deberían dejarse influenciar por los problemas que les llegan constantemente a través de los recursos de comunicación, dirigidos enteramente hacia la transmisión de noticias desagradables, que pueden causar el desequilibrio de las vibraciones energéticas del alma de las personas desprevenidas. Deben hacer el propósito de vivir en paz y en armonía consigo mismas, reconociendo que pueden estar envueltas por la ideoplastia de sus propios pensamientos, saludables o dañinos, y procurar anular sus propias reacciones negativas que irían a empañar su propósito de elevarse, aunque paulatinamente, por su propio equilibrio físico, psíquico, emocional y espiritual.
Extraído del libro "Enfermedades del alma"

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