La Terapia del sonido, es una forma de sanación basada en dirigir el sonido adecuado al paciente para la sanación.
La Música provoca ciertos cambios biológicos, armoniza la respiración o la altera, incide en la presión externa de la sangre, demora la fatiga muscular, aumenta el umbral de sensibilidad, incide -positiva o negativamente- sobre la emoción, el ánimo y los sentimientos, tanto individuales como colectivos, y facilita el acceso a otras formas de percepción y conocimiento.
Para realizarla basta cualquier instrumento, las palmas, los mantras. Todo aquello que suena, vibra y por tanto sana.
Se ha comprobado como la música es capaz de afectar notablemente a la actividad cerebral y por tanto afectar a los patrones cognitivos, y a las funciones vegetativas (frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio, etc.). La música tiene la capacidad de mover al ser humano tanto en el ámbito físico como en el psíquico.
Toda terapia de sonido, se basa en el principio de resonancia, el cual designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.(en este caso resonancia acústica). Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación. Según los músicos chinos e ingenieros acústicos modernos, La Tierra en el espacio genera una vibración de bajísima frecuencia pero muy poderosa afinada en el Fa de la escala de Do. Toda la naturaleza responde con su propia vida y vibración, como un coro con sus mil armónicos, a esta tónica vibratoria propia, sólo, de la Tierra, y que los egipcios vincularon al color verde.
El gran experto mundial en terapia con sonido Jonathan Goldman tal como explica en su libro “Sonidos que sanan” demostró que mediante el canto de armónicos se puede llegar a producir luz. Otra prueba que luz y sonido son la misma energía. Fabien Maman, otro gran experto mundial en terapia con sonido, realizó con la ayuda de la bióloga Helene Grimaud, a principios de los años 80 una serie de experimentos biológicos en la Universidad de Jussieu en París. Al exponer células sanguíneas a una serie de sonidos con voz e instrumentos acústicos, observó que las células cancerígenas estallaban y se auto-aniquilaban y que las células sanas se activaban, se iluminaban y se fortalecían.
La acción de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares, activando o disminuyendo la circulación de la sangre y, por consiguiente, regulando la tensión arterial. La música actúa dentro de nosotros, de nuestra mente por medio de vibraciones naturales que encontramos en cualquier tipo de manifestación material. En este caso, estas vibraciones se filtran en nuestra mente y a su vez ésta envía la orden afectando a nuestro organismo.
La Música provoca ciertos cambios biológicos, armoniza la respiración o la altera, incide en la presión externa de la sangre, demora la fatiga muscular, aumenta el umbral de sensibilidad, incide -positiva o negativamente- sobre la emoción, el ánimo y los sentimientos, tanto individuales como colectivos, y facilita el acceso a otras formas de percepción y conocimiento.
Para realizarla basta cualquier instrumento, las palmas, los mantras. Todo aquello que suena, vibra y por tanto sana.
Se ha comprobado como la música es capaz de afectar notablemente a la actividad cerebral y por tanto afectar a los patrones cognitivos, y a las funciones vegetativas (frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio, etc.). La música tiene la capacidad de mover al ser humano tanto en el ámbito físico como en el psíquico.
Toda terapia de sonido, se basa en el principio de resonancia, el cual designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.(en este caso resonancia acústica). Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación. Según los músicos chinos e ingenieros acústicos modernos, La Tierra en el espacio genera una vibración de bajísima frecuencia pero muy poderosa afinada en el Fa de la escala de Do. Toda la naturaleza responde con su propia vida y vibración, como un coro con sus mil armónicos, a esta tónica vibratoria propia, sólo, de la Tierra, y que los egipcios vincularon al color verde.
El gran experto mundial en terapia con sonido Jonathan Goldman tal como explica en su libro “Sonidos que sanan” demostró que mediante el canto de armónicos se puede llegar a producir luz. Otra prueba que luz y sonido son la misma energía. Fabien Maman, otro gran experto mundial en terapia con sonido, realizó con la ayuda de la bióloga Helene Grimaud, a principios de los años 80 una serie de experimentos biológicos en la Universidad de Jussieu en París. Al exponer células sanguíneas a una serie de sonidos con voz e instrumentos acústicos, observó que las células cancerígenas estallaban y se auto-aniquilaban y que las células sanas se activaban, se iluminaban y se fortalecían.
La acción de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares, activando o disminuyendo la circulación de la sangre y, por consiguiente, regulando la tensión arterial. La música actúa dentro de nosotros, de nuestra mente por medio de vibraciones naturales que encontramos en cualquier tipo de manifestación material. En este caso, estas vibraciones se filtran en nuestra mente y a su vez ésta envía la orden afectando a nuestro organismo.
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