sábado, 2 de octubre de 2010

Esoterismo Cristiano



Exotérico es aquel conocimiento que se encuentra abierto a todos. Esotérico, en cambio, el que se ofrece y cultiva sólo entre unos pocos iniciados que penetran, de esa forma, en el misterio de las cosas o las ciencias, superando así el nivel de vida y de saberes del gran vulgo, de la muchedumbre de los ignorantes.

El esoterismo es ciencia de iniciados. Así aparece como gnosis verdadera o más profunda que no puede abrirse a todos, porque no la entenderían. Suele presentarse, a veces, como un conocimiento hermético o cerrado, propio de aquellos que saben penetrar en los secretos del Gran Hermes, Dios de sabios. Aparece otras veces como teosofía o comprensión más honda de Dios, que ha de verse ya como distinta de la teología abierta a todos los creyentes vulgares de las religiones. Normalmente, el esoterismo funciona como mística que lleva al contacto personal con lo divino.

El cristianismo ha presentado algunas veces aspectos esotéricos, unidos a una especie de culto o disciplina del arcano: sólo después de superar un exigente catecumenado los neófitos podían proclamar abiertamente el Credo, recitando luego el Padrenuestro y celebrando con el resto de los fieles-iniciados el misterio de la Eucaristía. Sin embargo, estrictamente hablando el cristianismo es exotérico: ha ofrecido su palabra a todos los hombres y mujeres de la tierra, proclamando su mensaje en medio de las plazas.

El cristianismo es exotérico por hallarse vinculado al mensaje y a la historia de Jesús que ha proclamado abiertamente el reino de Dios sobre la tierra. Los miembros de su Iglesia no se juntan en secreto, como sociedad oculta: ellos anuncian de manera pública el camino de Jesús y públicamente se vinculan y reúnen dentro de este mundo, ofreciendo a todos la razón de su esperanza. Ciertamente, saben que Jesús es un misterio que no puede probarse con razones de la tierra; pero es misterio para todos, no sólo para unos iniciados.

En las páginas que siguen estudiamos algunos de los rasgos principales del esoterismo religioso de Occidente, en referencia al cristianismo. Por eso prescindimos de las formas orientales (ligadas a budismo e hinduismo); nos referimos sólo de pasada a los rasgos esotéricos más propios del islamismo y judaísmo (sufíes, cábala), para así ocuparnos de aquellos movimientos que se encuentran más ligados a la historiacristiana. Como punto de partida y lugar de referencia primera trataremos de la apocalíptica judía (tradición de Enoc) y del hermetismo greco-egipcio (sobre todo del Poimandres). Así podremos ocuparnos de la gnosis y las tendencias posteriores que han surgido en relación al cristianismo.

Estudiamos al tema en perspectiva teológica, es decir, en referencia al Dios cristiano. Por eso destacamos, desde ahora, algunas notas que se van repitiendo en todos los contextos (menos en la apocalíptica judía): Dios y el hombre forman una especie de unidad fontal y no se puede hablar de creación estricta ni tampoco de la libertad o autonomía personal de los humanos; las almas forman parte de una especie de «continuo espiritual» de manera que se encuentran inmersas dentro de un proceso de caída y salvación general (de transmigraciones); evidentemente, no hay lugar para revelación sobrenatural ni condena o salvación estricta de los hombres. Sobre el orbe de las almas se ha expandido un tipo de necesidad sagrada: ellas mismas se descubren y realizan en verdad como divinas.

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