Cuando detenemos los pensamientos, tenemos acceso a la energía creativa de la vida. Algunos místicos dicen que el silencio es la voz de Dios. Pero cuando dicen “silencio” se refieren al silencio de los pensamientos, no solo la ausencia del ruido que nos rodea todos los días.
Mediante la práctica de la meditación podemos hacer bajar la presión arterial, controlar el ritmo cardíaco, y podemos elevar la efectividad del sistema inmunológico. También es posible encontrar otro mundo al mirar hacia adentro. Nada “fuera” de nosotros se acerca a la riqueza que podemos encontrar dentro.
El gran maestro Krishnamurti, dijo que la meditación no es una forma de escapar de este mundo, ni una actividad que nos aísla. Es una forma de entender el mundo y sus misterios. Al meditar nos asomamos fuera de este mundo, y lo percibimos como si no fuéramos de este mundo. Entonces todo adquiere verdadero sentido para nosotros (no el sentido que le asignamos desde nuestro ego) y la belleza de la tierra y el cielo se nos vuelve eterna.
La meditación está comprobada científicamente como activadora de las emociones positivas en las zonas cerebrales dominando los pensamientos e inclinando nuestras emociones hacia el positivismo. Otorga beneficios sobre el estrés, aprendizaje y comportamiento. Hace cuarenta años Maharishi, científico especializado en la conciencia fundó la meditación trascendental y actualmente está comprobado que su práctica nos permite entrar en un profundo reposo relajando nuestro físico y brindándonos aptitud para un desarrollo pleno porque al activar nuestra inteligencia saldrá a la luz la creatividad innata que tenemos escondida al ahondar en nosotros mismos.
Por este motivo él llamó a este conocimiento “ciencia de la inteligencia creativa”. Cabe aclarar que no es una religión ni una filosofía. Se dice que no requiere esfuerzo ni concentración y que se aprende rápido y fácil. Sin embargo volviendo a usar el sentido común, en un principio parecería que esta práctica necesitaría de un pequeño esfuerzo para concentrarse, esfuerzo para no dispersar la mente. Nuestros pensamientos son activos, por lo tanto aunque nos sentemos cómodamente, al cerrar los ojos y queramos enfocarnos por ejemplo en nuestra respiración pasarán millones de imágenes que tendremos que evitar quedarnos en ellas, esto es un esfuerzo y por ende parece poco fácil de lograr.
Por supuesto que esto sucederá en las primeras prácticas como en todo lo que se hace por primera vez ya que luego, irá fluyendo espontáneamente sin mayores esfuerzos, pues sus efectos benéficos se irán acumulando desde la primera vez que la practiquemos. Lo cual quiere decir que si podemos ver avances, estos serán nuestros incentivos para continuar día a día practicando la meditación veinte minutos dos veces al día. Al notar cambios neurofisiológicos, tendremos mayor satisfacción sintiendo por fin felicidad interior y mayor energía al estabilizarnos emocionalmente, lo cual levantará nuestro auto-estima.
No se necesita ninguna posición especial, es suficiente vestirse con ropa cómoda y sentarnos en un lugar donde nos podamos relajar cómodamente, confiando que todo va salir como lo esperamos. Una vez sentados, cerramos los ojos (se puede hacer con los ojos abiertos), pero al principio es conveniente con los ojos cerrados a fin de no distraernos visualmente, produciendo un ambiente positivo. Relajamos el cuerpo de a poco cada una de sus partes, olvidándonos de todo pero conscientes.
Nunca se pierde la conciencia, comenzamos a respirar y a exhalar profundamente varias veces, de forma natural y sin esfuerzo visualizamos la imagen del lugar de la naturaleza donde quisiéramos estar, una vez enfocado el lugar trataremos de escuchar un sonido o fijar un color. Comenzaremos a sentirnos protegidos por el amor de la naturaleza, personas y animales que nos rodean, sintiendo que somos todos uno. Nos vendrán ideas e imágenes que las aceptaremos.
Es notable la sensación de tranquilidad al terminar la práctica como así también durante ésta se siente la disminución del ritmo cardíaco y consecuentemente también la respiración se hace más espaciada relajando y estabilizando el sistema nervioso. Todos estos síntomas continúan por un tiempo luego de meditar. Es muy lógico pensar que si hemos podido concentrarnos en un solo objetivo, permanecer en una actitud positiva y en armonía para realizar esta práctica, la cual la haremos diariamente nos será muy beneficioso para nuestras relaciones sociales, en el trabajo y en el estudio, como así también para tener en claro la meta que queremos alcanzar en nuestra vida.
Mediante la práctica de la meditación podemos hacer bajar la presión arterial, controlar el ritmo cardíaco, y podemos elevar la efectividad del sistema inmunológico. También es posible encontrar otro mundo al mirar hacia adentro. Nada “fuera” de nosotros se acerca a la riqueza que podemos encontrar dentro.
El gran maestro Krishnamurti, dijo que la meditación no es una forma de escapar de este mundo, ni una actividad que nos aísla. Es una forma de entender el mundo y sus misterios. Al meditar nos asomamos fuera de este mundo, y lo percibimos como si no fuéramos de este mundo. Entonces todo adquiere verdadero sentido para nosotros (no el sentido que le asignamos desde nuestro ego) y la belleza de la tierra y el cielo se nos vuelve eterna.
La meditación está comprobada científicamente como activadora de las emociones positivas en las zonas cerebrales dominando los pensamientos e inclinando nuestras emociones hacia el positivismo. Otorga beneficios sobre el estrés, aprendizaje y comportamiento. Hace cuarenta años Maharishi, científico especializado en la conciencia fundó la meditación trascendental y actualmente está comprobado que su práctica nos permite entrar en un profundo reposo relajando nuestro físico y brindándonos aptitud para un desarrollo pleno porque al activar nuestra inteligencia saldrá a la luz la creatividad innata que tenemos escondida al ahondar en nosotros mismos.
Por este motivo él llamó a este conocimiento “ciencia de la inteligencia creativa”. Cabe aclarar que no es una religión ni una filosofía. Se dice que no requiere esfuerzo ni concentración y que se aprende rápido y fácil. Sin embargo volviendo a usar el sentido común, en un principio parecería que esta práctica necesitaría de un pequeño esfuerzo para concentrarse, esfuerzo para no dispersar la mente. Nuestros pensamientos son activos, por lo tanto aunque nos sentemos cómodamente, al cerrar los ojos y queramos enfocarnos por ejemplo en nuestra respiración pasarán millones de imágenes que tendremos que evitar quedarnos en ellas, esto es un esfuerzo y por ende parece poco fácil de lograr.
Por supuesto que esto sucederá en las primeras prácticas como en todo lo que se hace por primera vez ya que luego, irá fluyendo espontáneamente sin mayores esfuerzos, pues sus efectos benéficos se irán acumulando desde la primera vez que la practiquemos. Lo cual quiere decir que si podemos ver avances, estos serán nuestros incentivos para continuar día a día practicando la meditación veinte minutos dos veces al día. Al notar cambios neurofisiológicos, tendremos mayor satisfacción sintiendo por fin felicidad interior y mayor energía al estabilizarnos emocionalmente, lo cual levantará nuestro auto-estima.
No se necesita ninguna posición especial, es suficiente vestirse con ropa cómoda y sentarnos en un lugar donde nos podamos relajar cómodamente, confiando que todo va salir como lo esperamos. Una vez sentados, cerramos los ojos (se puede hacer con los ojos abiertos), pero al principio es conveniente con los ojos cerrados a fin de no distraernos visualmente, produciendo un ambiente positivo. Relajamos el cuerpo de a poco cada una de sus partes, olvidándonos de todo pero conscientes.
Nunca se pierde la conciencia, comenzamos a respirar y a exhalar profundamente varias veces, de forma natural y sin esfuerzo visualizamos la imagen del lugar de la naturaleza donde quisiéramos estar, una vez enfocado el lugar trataremos de escuchar un sonido o fijar un color. Comenzaremos a sentirnos protegidos por el amor de la naturaleza, personas y animales que nos rodean, sintiendo que somos todos uno. Nos vendrán ideas e imágenes que las aceptaremos.
Es notable la sensación de tranquilidad al terminar la práctica como así también durante ésta se siente la disminución del ritmo cardíaco y consecuentemente también la respiración se hace más espaciada relajando y estabilizando el sistema nervioso. Todos estos síntomas continúan por un tiempo luego de meditar. Es muy lógico pensar que si hemos podido concentrarnos en un solo objetivo, permanecer en una actitud positiva y en armonía para realizar esta práctica, la cual la haremos diariamente nos será muy beneficioso para nuestras relaciones sociales, en el trabajo y en el estudio, como así también para tener en claro la meta que queremos alcanzar en nuestra vida.
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